El día que TecnoInnovar S.A. entendió el verdadero costo de la corrupción

¿Qué pasaría si el prestigio que tardaste 15 años en construir colapsara en semanas por un acto de corrupción que no cometiste directamente, pero sí permitiste sin querer?

Eso fue lo que vivió María López, representante legal de TecnoInnovar S.A., una empresa de tecnología con sede en Bogotá, reconocida por su excelencia en innovación digital. Pero todo cambió en junio de 2023.

🧩 ¿Qué sucedió?

Pedro Ramírez, uno de los gerentes de ventas más antiguos de la empresa, se convirtió en el protagonista de una investigación periodística. El reportaje reveló que Pedro había ofrecido sobornos a funcionarios públicos para adjudicarse varios contratos de tecnología con entidades estatales. Los pagos irregulares y los regalos a ciertos funcionarios destaparon un escándalo que llegó hasta los titulares nacionales.

🔍 ¿Dónde y cómo estalló la crisis?

Todo comenzó con una alerta anónima que llegó a una redacción en Medellín, pero la investigación escaló rápidamente hasta Bogotá, donde la Superintendencia de Sociedades abrió una investigación formal contra TecnoInnovar S.A.. Lo que parecía un acto aislado se convirtió en un problema estructural: la empresa tenía políticas anticorrupción, pero no las aplicaba ni supervisaba con rigurosidad.

María, aunque no había aprobado directamente los actos de Pedro, no pudo demostrar que había hecho lo suficiente para prevenirlos.

⚠️ Las consecuencias según la Ley 2195 de 2022

Aprobada para fortalecer la lucha contra la corrupción en Colombia, la Ley 2195 de 2022 impone sanciones severas a las empresas que se vean involucradas en actos corruptos, aunque estos hayan sido cometidos por un empleado.

Impacto para TecnoInnovar S.A.:

• Multas económicas multimillonarias.
• Anulación de contratos obtenidos mediante sobornos.
• Pérdida de licitaciones y afectación en su capacidad para contratar con el Estado.

Impacto personal para María López:

• Posible inhabilitación para ocupar cargos directivos.
• Investigación penal por omisión o complicidad.

🧠 ¿Qué se aprendió de este caso?

• Tener un código de ética no basta si no se vive y supervisa.
• La responsabilidad del representante legal va mucho más allá de firmar balances.
• La cultura de cumplimiento debe ser parte del ADN de la empresa, no un documento archivado.

Después del escándalo, María decidió quedarse y enfrentar la situación. Reformuló completamente el programa de ética de la empresa, contrató una auditoría externa, implementó canales anónimos de denuncia y se aseguró de que todos los cargos directivos recibieran capacitación en ética y prevención de riesgos.

No fue fácil. Perdieron clientes, contratos, reputación. Pero también ganaron algo que habían perdido sin notarlo: la credibilidad interna.