Una mirada a los asistentes inteligentes
Hoy en día los asistentes de voz se han convertido en una herramienta verdaderamente útil que ahorra tiempo y esfuerzo, ayudando al usuario a realizar innumerables tareas sean éstas presenciales, como sucede cuando se busca la receta para preparar un plato, o se desea resolver un problema matemático, o cuando las tareas son distantes, como hacer que se encienda el horno del hogar para que se caliente la comida mientras se llega a casa, o accionar dispositivos para supervisar o ayudar a niños o adultos mayores.
Tales asistentes actualmente no solo se encuentran instalados en decenas de millones de teléfonos inteligentes, sino que se incorporan al hogar mediante dispositivos de respuesta que siempre se encuentran en línea, como es el caso de los asistentes de mesa. El funcionamiento de este dispositivo consiste en escuchar con su micrófono toda conversación que se realice en el ambiente donde se encuentra ubicado, y una vez se pronuncia una palabra clave “Nombre del dispositivo” se inicia el reconocimiento de voz.
En ese preciso momento todo lo que se dice se envía a la nube para que una inteligencia artificial lo descifre, lo procese y lo convierta en una orden que el asistente debe ejecutar, como por ejemplo encender un electrodoméstico, buscar un video en YouTube o reproducir una determinada melodía que se quiere escuchar; y eso sucede porque los protocolos usados por tales aparatos son compatibles con cerca de 100.000 dispositivos inteligentes de diversa índole que actualmente se encuentran disponibles en el comercio.
Desde el punto de vista práctico se puede concluir que este tipo de producto ofrece excelentes e innovadoras funcionalidades; sin embargo, dichas prestaciones tienen un costo elevado que va más allá de del valor de compra del dispositivo, y el cual tiene que ver con la información personal que se entrega. Y es que aquí no se habla de simples datos de contacto como podrían ser nombres, número de teléfono y correo electrónico, sino que se va mucho más allá. Los registros de los asistentes de voz vinculan una inmensa variedad de aspectos del usuario como son: lugar en el que se encuentra, cuáles son sus hábitos, qué música o películas ve habitualmente, qué le interesa, qué compra, cuándo duerme, etc.
Ello porque toda actividad, búsqueda o instrucción es inmediatamente guardada, procesada, analizada y ligada a la cuenta de un usuario, la cual no solo tiene la información personal de registro, sino que involucra otros datos como son medios y capacidad de pago, además de la información personal de los miembros de la familia que también hacen hace uso del asistente, quedando entonces también almacenados sus gustos y preferencias.
Además, en algunas ocasiones el proceso de perfilamiento vincula a otros usuarios, tales como son amigos, vecinos o y compañeros de trabajo, los cuales a través de redes sociales tienen relación con el propietario del asistente de voz.
Ahora bien, la concentración de información personal no tendría inconvenientes si no existieran aplicaciones de espionaje potentes con capacidad de romper la seguridad de los sistemas más robustos, como es el caso del software “Pegasus”, del cual se dice es la herramienta más efectiva jamás creada; pues inclusive, ha sido utilizada en operaciones de espionaje de dispositivos inteligentes de jueces, ministros y hasta presidentes alrededor del mundo. Por lo anterior, es que estamos en capacidad de responder la pregunta: ¿Nos pueden espiar a través de los asistentes de voz?
- La respuesta es “Definitivamente SI”
De hecho, todo usuario debe tener cuidado lo que habla en presencia de estos dispositivos; pues, las conversaciones grabadas constituyen prueba ante cualquier proceso judicial. Y es que debemos recordar que en muchas ocasiones, dentro del ámbito privado, podemos opinar y dar comentarios por ejemplo en torno a la raza, credo, orientación sexual o política de ciertas personas, y entonces fácilmente un comentario fugaz nos puede involucrar con actos de discriminación, racismo, xenobia, homofobia, etc., y esto puede ocurrir inclusive años después de haberse realizado la grabación.
Otro de los problemas, adicional al espionaje, es el riesgo de hackeo del equipo, tal como puede suceder con cualquier dispositivo informático conectado a internet; los ciber-delincuentes podrían usar su conexión para hacerse del control de su casa u oficina. Tenga entonces mucho cuidado.
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